En un reino lejano, existía un bosque misterioso conocido como el Bosque de los Espejos. Este bosque era famoso por sus árboles cuyas cortezas brillaban como espejos, reflejando todo a su alrededor. Los aldeanos decían que estos espejos tenían el poder de mostrar no solo el exterior, sino también el verdadero interior de quienes se miraban en ellos.
Un joven llamado Lucas, atraído por las leyendas del bosque, decidió aventurarse en él. Lucas era un hombre valiente y noble, pero había algo que lo perturbaba profundamente. Desde hacía algún tiempo, sentía que había perdido su alegría y confianza. Su relación con su amigo más cercano, Tomás, parecía ser la causa, aunque no podía entender por qué.
Al entrar en el bosque, Lucas fue recibido por la belleza de los árboles espejados. Caminó por horas, observando su reflejo en las cortezas y tratando de entender lo que le estaba pasando. De repente, se encontró con una anciana que recogía flores junto a un árbol especialmente brillante.
“Buenos días, joven,” saludó la anciana con una sonrisa. “¿Qué te trae al Bosque de los Espejos?”
Lucas le contó a la anciana sobre sus preocupaciones y su relación con Tomás. La anciana lo escuchó atentamente y luego lo invitó a mirar profundamente en uno de los espejos.
“Mira en este espejo, Lucas, y observa lo que realmente ves,” dijo ella.
Lucas se acercó y vio su reflejo, pero esta vez, vio más allá de su apariencia física. Vio sus miedos, sus inseguridades y, para su sorpresa, vio la sombra de Tomás a su lado, distorsionada y oscura. A medida que observaba, la sombra de Tomás crecía y se apoderaba de su propio reflejo, apagando su luz.
“¿Qué significa esto?” preguntó Lucas, asustado.
“El Bosque de los Espejos muestra la verdad interna,” explicó la anciana. “La sombra de Tomás representa la influencia negativa que tiene sobre ti. Te está robando tu luz y tu felicidad.”
Lucas se dio cuenta de que había estado permitiendo que Tomás controlara su vida y su bienestar. Recordó las veces que Tomás lo había desvalorizado, manipulado y hecho sentir insuficiente. La verdad era clara: su amistad con Tomás era tóxica.
“¿Qué debo hacer?” preguntó Lucas con desesperación.
“Debes decidir si quieres recuperar tu luz,” respondió la anciana. “A veces, alejarse de aquello que nos hace daño es el primer paso para sanar y encontrar la verdadera felicidad.”
Con renovada determinación, Lucas decidió alejarse de Tomás. Regresó al pueblo y, aunque fue difícil, se distanció de su amigo. Poco a poco, comenzó a rodearse de personas que lo valoraban y apoyaban. Su alegría y confianza regresaron, y con el tiempo, Lucas se sintió más fuerte y feliz.
Recordó siempre la lección del Bosque de los Espejos: a veces, necesitamos mirar profundamente en nuestro interior para reconocer las sombras que nos rodean y tener el valor de alejarnos de ellas para encontrar nuestra verdadera luz.
Soy Psicóloga General Sanitaria, con Mención en Psicología de la Salud e Intervención en Trastornos Mentales y del Comportamiento experta en clínica e intervención en trauma con EMDR, así como en Psiconutrición.
En mi práctica, empleo una corriente integradora que combina diferentes enfoques terapéuticos. Esto significa que no nos limitamos a un solo método, sino que exploramos diversas herramientas que abordan tus necesidades desde diferentes ángulos: afectivo, cognitivo, conductual, fisiológico, aspectos sociales y transpersonales.
